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Procedimientos generales que abarcan diversas técnicas para reparar huesos rotos.

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Diversas técnicas para reparar fracturas

La reparación de fracturas óseas es un término general que abarca una variedad de procedimientos quirúrgicos utilizados para tratar huesos rotos. La elección del tratamiento específico dependerá del tipo de fractura, su localización, y la edad y salud del paciente. Las técnicas más comunes incluyen:
Reducción cerrada: Los fragmentos óseos se alinean manualmente sin necesidad de realizar una incisión.
Fijación interna: Se utilizan placas, tornillos, clavos o varillas para estabilizar la fractura.
Injerto óseo: Se utiliza hueso del propio paciente o un sustituto óseo para rellenar los espacios vacíos en el hueso fracturado.

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La reparación de fracturas óseas es un procedimiento para curar huesos rotos utilizando métodos conservadores (no quirúrgicos) o quirúrgicos. El objetivo es alinear correctamente los extremos fracturados del hueso durante el proceso de curación. Las fracturas pueden ser causadas por caídas, un golpe directo, lesiones por torsión o traumatismos de alta energía.


La reparación de fracturas óseas se recomienda para varios tipos de fracturas:

  • Fractura transversa: Una línea de fractura horizontal a lo largo del hueso.

  • Fractura oblicua: Una línea de fractura en ángulo a lo largo del hueso.

  • Fractura en espiral: Una línea de fractura que rodea el hueso, causada por una fuerza de torsión.

  • Fractura conminuta: Un hueso que se rompe en tres o más pedazos.

  • Fractura abierta (fractura compuesta): Fragmentos de hueso sobresalen a través de la piel.

  • Fractura por estrés (fractura fina): Pequeñas grietas en el hueso por uso excesivo o desgaste.


El tratamiento depende de la gravedad y el tipo de fractura. Los métodos no quirúrgicos incluyen el uso de yeso y férulas durante 4 a 6 semanas. Un procedimiento llamado reducción cerrada, donde un médico manipula suavemente los huesos para volver a colocarlos en su lugar sin cirugía, puede usarse para fracturas anguladas graves. El tratamiento quirúrgico se recomienda para fracturas complejas o abiertas y puede implicar el uso de fijación externa (clavos y tornillos de metal unidos a una barra fuera de la piel) o clavos intramedulares (implantes colocados dentro del hueso).

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