La microfractura es una técnica quirúrgica utilizada para reparar el daño al cartílago articular en la rodilla. El cartílago articular es un tejido blanco liso y brillante en los extremos de los huesos que reduce la fricción y actúa como amortiguador. Debido a que no tiene suministro de sangre, no puede repararse por sí mismo y puede provocar artritis si se daña.

La microfractura consiste en perforar pequeños agujeros en la articulación de la rodilla para estimular el crecimiento de cartílago nuevo. Es mejor para pacientes con degeneración limitada del cartílago, que son jóvenes y activos. No se recomienda para pacientes con artritis generalizada, aquellos que son inactivos o aquellos que no pueden participar en la rehabilitación. 

El diagnóstico se realiza a través de un examen físico, resonancia magnética y artroscopia. El procedimiento se realiza con un artroscopio, que es un tubo estrecho con una cámara.