Alivio de la presión en el hueso de la cadera para tratar la muerte celular ósea.
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Descompresión del núcleo para necrosis avascular
La necrosis avascular ocurre cuando el suministro de sangre al hueso se interrumpe, causando la muerte de las células óseas. La descompresión del núcleo implica crear pequeños agujeros en el hueso para aliviar la presión y promover la curación.
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Introducción
La articulación de la cadera es una articulación de tipo bola y cavidad (enartrosis) donde la cabeza del hueso del muslo (fémur) se articula con la cavidad (acetábulo) del hueso pélvico. La necrosis avascular es una afección de disminución del suministro de sangre al hueso, que causa la muerte del tejido óseo.
Causas
Las causas incluyen:
Fracturas óseas que afectan los vasos sanguíneos.
Abuso de alcohol.
Uso prolongado de esteroides.
Tratamientos contra el cáncer.
Afecciones como la anemia de células falciformes y el lupus.
La necrosis avascular afecta comúnmente la cabeza del fémur, pero puede afectar cualquier hueso. La necrosis conduce a pequeñas grietas en el hueso, lo que finalmente hace que la cabeza del fémur colapse. La afección causa dolor debido al aumento de la presión en los vasos sanguíneos de la médula ósea en la región de la necrosis. Las etapas tempranas de la necrosis avascular se pueden tratar con cirugía de descompresión del núcleo, que reduce la presión, promueve el flujo sanguíneo y fomenta la curación del hueso.
Indicaciones
La descompresión del núcleo está indicada en las etapas tempranas de la necrosis avascular, cuando la superficie de la cabeza aún está lisa y redonda. Se realiza para prevenir la cirugía de reemplazo total de cadera, que está indicada para casos graves de necrosis avascular e implica el reemplazo de la articulación de la cadera con un dispositivo artificial o prótesis.
Procedimiento quirúrgico
La descompresión del núcleo se realiza bajo anestesia espinal o general. El paciente se coloca boca arriba en posición supina. Se utiliza una fluoroscopia o imágenes de rayos X en vivo para guiar al cirujano durante el procedimiento. Se hace una pequeña incisión en la cadera y se pasa un alambre guía desde la incisión a través del cuello del hueso femoral hasta el área necrótica en la cabeza femoral. Luego se perfora un orificio a lo largo del alambre. A continuación, se retira el hueso necrótico. Esto reduce la presión inmediatamente y crea espacio para que crezcan nuevos vasos sanguíneos y nutran el hueso existente. La cavidad que queda en el hueso a veces se rellena con un injerto de hueso tomado de otra parte de su cuerpo o de un donante fallecido. A veces se utiliza material de injerto óseo sintético. Luego, la incisión se cierra con suturas. Otra variación de la misma cirugía implica perforar orificios de diámetro muy pequeño desde un solo punto. La herida quirúrgica en este caso es muy pequeña y puede requerir solo una sutura.